Hablemos del virus de Oropuche
Por Ing Diego García
Es un virus que se identificó en el continente sur americano. Los primeros casos documentados fueron, en la localidad de Vega de Oropouche, en Trinidad y Tobago, en 1955, de ahí su nombre. Un virus que debemos llamar ¿emergente o reemergente?, un testigo más del cambio climático y los brazos caídos del mundo, antes estas enfermedades desatendidas. El virus traspasó las zonas selváticas, rurales a zonas urbanas.
Lo cierto es que es una enfermedad metaxénica, en que está involucrado un vector tan pequeño como la punta de un alfiler, conocido con el nombre común de jején. Dentro de los Culicoides, el de mayor responsabilidad de transmisión del virus, es identificado con el nombre científico de Culicoides paraensis. Aun se debate en este momento, con evidencia robusta, que incrimine a otras especies vectoras, como es el caso del Culex quinquefasciatus, señalado en algunas informaciones de las regiones, refiriéndose a la transmisión en zonas o ciclos urbanos.
Existen algunas investigaciones, entre las cuales está la realizada en Colombia por Mendoza-Landine, Freyle-Roman y Rincón-Orozco (2024), señalando como vectores en zonas o ciclos rurales, las especies Aedes serratus, Coquillettidea Rhynchotaenia venezuelensis, Haemagogus tropicalis, Psorophora cingulata, Culicoides paraensis y Culex quinquefasciatus, apareciendo este último, nuevamente en la jugada.
Los Culicoides se encuentran entre las moscas hematófagas más pequeñas, con longitudes corporales que rara vez superan los tres milímetros, son dípteros abundantes y se encuentran en la mayor parte del mundo habitado, poseen un ciclo reproductivo de metamorfosis completa, huevo, cuatro estadios larvarios, pupa y adulto. Su dificultad para su control está enmarcada en su desarrollo larvario. Requiere sitios con relativa humedad, como lo representa la amazonia en el sur, llanos y las zonas costeras de Colombia, los 365 días del año, algo que en países templados presenta un determinante clave que limita la distribución, abundancia y aparición estacional.
La fiebre de Orepuche o fiebre de Oropouche es una infección viral causada por el Virus de Orepuche, un miembro del género Orthobunyavirus, de la familia Peribunyaviridae, grupo V
El virus Oropouche (OROV) tiene una alta tasa de transmisión silenciosa en Latinoamérica, tanto que, entre el número promedio de casos febriles estudiados en laboratorio centralizados, se ubican los casos positivos tanto de este virus, como de dengue.
Los síntomas de Oropuche conocidos son similares a los del dengue, chikungunya, Zika o malaria.
- Suelen comenzar entre 3 y 10 días después de la picadura del artrópodo vector, con una duración de menos de una semana (2 a 7 días).
- Los más comunes incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, escalofríos, dolores musculares y dolores en las articulaciones.
- Otros síntomas pueden incluir sensibilidad a la luz, mareos, dolor detrás de los ojos, náuseas, vómitos y sarpullido.
- La mayoría de las personas con Oropouche se recuperan en un plazo de varios días a un mes todo dependerá de su estado inmunológico. Se reporta que los síntomas, pueden volver a aparecer unos días o incluso semanas después.
- Algunas personas (menos de 1 de cada 20) desarrollarán una enfermedad más grave; como meningitis (inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal), encefalitis (inflamación del cerebro) o hemorragia. Aunque presenta baja letalidad.
- El virus Oropouche puede transmitirse de una mujer embarazada a su feto (aun en estudios).
El 2 de febrero de 2024, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), declaró la alerta epidemiológica en las Américas por los brotes registrados en la región de la Amazonia en Brasil y Perú. En mayo y junio del 2024 se registró una epidemia del virus en Cuba.
Su propagación en cuba este año, en su reporte y alerta ante la OPS, es de tomar en cuenta ya que se dispersó en pocas semanas en toda la isla, la mayor de las Antillas. Además, se identificó en países como Canadá, Estados Unidos y algunos europeos como Italia, España y Alemania, descritos como casos importados de la isla cubana.
La importancia de estos nuevos brotes del presente año 2024, fue lo reportado en relación con tres casos humanos con síntomas de enfermedad neurológica y características clínicas de síndrome de Guillain-Barré, estableciéndose por primera vez una asociación entre la fiebre del Oropouche y el síndrome mencionado. El Ministerio de Salud de Brasil confirmó dos fallecimientos por fiebre de Oropouche en el estado de Bahía, el 25 de julio de 2024. Las personas afectadas fueron dos mujeres no embarazadas, menores de 30 años, sin comorbilidades. En agosto de 2024, se registraron los dos primeros casos documentados de transmisión vertical (transmitirse de una persona embarazada a su feto) del OROV en Brasil, con desenlace fatal.
No se tiene evidencia para estos últimos meses de 2024, de brotes o epidemias sostenidas en otros países de la región.
Prevención
Si viajas o vives en una región con alta incidencia de Culicoides, te recomendamos como primera medida la ya expuestas por nosotros en otras publicaciones, para protegerte contra las picaduras de hematófagos:
- Aplicarte cremas oleosas en todo el cuerpo, incluyendo cara y orejas.
- Uso de vestimentas que te cubra el cuerpo, brazos y piernas.
- Evita salir o estar expuestos en los horarios de mayor actividad del Vector, al amanecer y al atardecer, en zonas verdes y abiertas.
- Aun cuando se reporta poco su ingreso interdomiciliario, es importante dormir con mosquiteros impregnados si es posible con piretroide de uso en salud pública como la deltametrina.
Retos para nuestras autoridades en Latinoamérica.
Es importante y necesario descentralizar los diagnósticos, además de la estructuración de actividades de capacitación profesional para el mantenimiento de la vigilancia entomovirológica e, igualmente es necesario educar a las comunidades.
Los departamentos y municipios deben contar con personal capacitado para la identificación de especies vectoras. Igualmente, deben ser equipados para la vigilancia entomológica, de manera que se puedan sostener los estudios de competencia vectorial.
Realizar manejo integrado de vectores, aunque el ciclo de vida del mosquito vector de OROV es complejo, pudiese ser factible. No olvidando proteger a las personas y sus viviendas.
Importante validar y enmarcar los aspectos ecológicos. Además del desafío del conocimiento de bionomía de los Culicoides. Ya se tiene presente culturalmente su correlación con musáceas y plantaciones de Theobroma cacao, pero falta mucho más.
Su tamaño dificulta su estudio, por consiguiente, se debe contar con actualizaciones y estudios constantes, además de mejorar los equipos de lupas, microscopios y laboratorios para análisis moleculares.
Referencia bibliográfica
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LeDuc, James W, Hoch, Alfred L, Pinheiro, Francisco de Paula, Travassos da Rosa, Amelia P. A (1982). ENFERMEDADES EPIDEMICAS CAUSADAS POR EL VIRUS OROPOUCHE EN EL NORTE DE BRASIL Parana, Boletín de la Oficina Sanitaria Panamericana (OSP);92(2),feb. 1982
Milagros Isabel Collazo Ramos, Jorge Luis Calero Ricardo, Yunaisy González Segura (2024) Fiebre del Oropouche, una nueva alerta epidemiológica para Cuba, Universidad de Ciencias Médicas de La Habana. La Habana, Cuba Junio 2024.
Brayan Fabian Mendoza-Landinez, Ivette Karina-Freyle Román, Bladimiro Rincón-Orozco (2024). Virus Oropouche, un arbovirus emergente en búsqueda de protagonismo en las Américas, Revista Salud Uis, ISSN-e 2145-8464, ISSN 0121-0807, Vol. 56, Nº. 1, 2024
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Ayres, C. Connely, R. Vicari, A. Santaém, M. (2024). Oropouche Vigilancia Entomológica y Control de Vectores (Webinar). Organización Panamericana de la Salud. https://www.youtube.com/watch?v=-_Eg1kdQd7g